La crónica del verano 2010 va de morros…¡tranquilos!...no quiere decir que hayamos estado enfadados día sí y día también, sino que los morros han sido el pincho estrella en los piscolabis diarios. Gracias a la generosa donación de una freidora, lo que comenzó en 2009 como una actividad dominical, ha quedado grabada a fuego como costumbre diaria. Lo de tomarse el vino a palo seco ha pasado a la historia, y nuestro cuerpo lo agradece.
Pero la verdadera novedad del verano ha sido sin duda la enorme paellera, con capacidad para 150 comensales. Se realizaron tres comidas populares a las que podían acudir tanto socios de la Peña, como el resto de amigos del pueblo. En la primera se sirvió costillas con patatas, la siguiente fue a base de paella mixta, y de remate se hizo un marmitako para chuparse los dedos. No podemos decir cuál de los tres menús fue el mejor, porque todos estaban deliciosos. Lo que sí es un hecho, es que convocatoria a convocatoria se iba superando el número de asistentes, llegando al punto de no tener suficientes mesas para todos. Ya en las Fiestas del Pilar pusimos solución al asunto comprando nuevas sillas y mesas plegables. El tiempo acompañó y se pudieron realizar todas las celebraciones en la plaza, con lo que se dio vida y colorido al pueblo.
En julio celebramos las fiestas de Santiago con los tradicionales juegos de tuta, cartas, rana, sorteo de jamones y cena. Para los peques hubo hinchables y otras actividades. Seguro que lo repetimos este año!!
